La historia de El agricultor.
Una vez conocí a una persona que tenía un huertito.
Se pasó toda su vida atendiéndolo con mucho cariño y mucho amor. No se dio cuenta de que existían zonas donde la tierra se volvía mustia, sin vida, era evidente, no a sus ojos, hasta que,
un día comprendió que no tenía agua suficiente, aún a su pesar, que lo atendiera todo por igual.
Entendió entonces que debía crear unas barreras para que, el poco recurso que tenía, no fuese a mojar aquella tierra árida, inservible.
Aquella noche sobrevino una tormenta.
Preocupado por el estado del huertito casi no pudo dormir.
Llegó la mañana y con ésta la calma.
Se dirigió raudo y veloz a ver cómo había quedado su mayor tesoro, con preocupación y cierto nerviosismo. Era el trabajo de toda una vida.
La visión, según me cuenta, fue maravillosa.
Entonces me dijo que, palabras textuales:
“ Soy hoy la persona que siempre soñé ser. Tengo hoy lo que siempre quise tener. Estoy hoy donde siempre quise estar. ”
“Se lo debo todo a mi huertito.”