Algo muy humano.
En el inicio de los tiempos el ser
humano no hablaba con palabras, quizás no le hacía falta.
En el transcurso del
proceso evolutivo comenzó a emitir, como animal que es, sonidos que ilustraban
su estado de ánimo o sencillamente su necesidad más básica, la de comunicarse
con un objetivo principal, el de la asociación.
Al igual que ocurre con las
matemáticas, lo humano es asociativo, sin esa propiedad no se explica a éste.
No tiene razón de ser.
Pronto fueron ya pareciéndose más
a vocablos ciertamente más complejos y que a medida que fueron perfeccionándose
lograron fijar unas líneas maestras, las del entendimiento, mediante el cual,
se hace posible la comunicación total. Una que es más importante que la básica,
la expresión del pensamiento.
Sin embargo, en los tiempos que
corren, estamos asistiendo a una cierta involución al respecto. La comunicación
es cada vez más, expresada mediante la redacción de mensajes escritos.
Denominamos hablar a utilizar lo escrito para la comunicación. No es posible,
en lo absoluto, expresar ni el tono, ni el sentido de lo que se escribe porque
dependerá en gran medida de la apreciación del receptor del mensaje. La
matización de lo escrito ha de hacerse después de enviado el mensaje y de
intuir que aquello escrito lo ha sido en uno o en otro sentido que no siempre
es el que se entiende. Ello depende en gran medida de la predisposición del
receptor y de sus circunstancias en ese momento, incluso.
El ser humano, víctima de aquel
progreso que nos debiera dar mayor libertad, ha sufrido lo que en mi opinión es
una clara involución. A pesar de que los móviles realmente son útiles, están
siendo hoy un elemento imprescindible para un gran número de personas,
relegando a la comunicación tradicional, es decir, la verbal, a un segundo plano.
Cuando estar “conectado”
significa estar o pertenecer, lo opuesto es no estar en las denominadas redes
sociales.
Para comprender lo que digo basta
con imaginar lo siguiente;
Imaginemos que un día, no hubiera
red, ni facebook, ni instagram, ni twiter, etc. Qué haríamos entonces ? Pues no
lo sé ! Supongo que estaríamos constantemente mirando a nuestro móvil y
haciendo la pertinente pregunta.
El tuyo te funciona ?
Si consideramos hasta qué punto
somos móvil-dependientes o si medimos cuánto tiempo podemos pasar sin mirar esa
pantalla que nos hace más o menos felices en función de los mensajes o del
número de "me gusta" que tengamos en esta o en aquella red, podremos hacernos una
idea de lo que alguien ha creado en pos de la humanidad y que ha reportado y sigue haciéndolo grandes beneficios económicos.
En condiciones normales, diría que
estar informado es muy importante si esa información pudiera ser consensuada,
compartida con otras personas y que originase un punto de encuentro o de
discusión, generando en cualquier caso enriquecimiento tanto de unos como de
otros.
Ojalá y me esté equivocando en
todo esto que he escrito hoy y que no fuera así. Que aquello que he relatado
fuera una realidad que yo observo como absoluta pero que sea relativa en el
fondo.
Ojalá y que esta red, creada para
interconectar a personas no se haya convertido en la otra acepción de la
palabra, en aquella red que nos ha atrapado en no se sabe qué y para no se sabe
qué propósito y que supone un menoscabo de nuestra propia libertad.
No obstante, si tienes un ratito
y has comprendido lo que quiero decir, no dejes de hablar con las personas y
cuando lo hagas, no estés pendiente de ese aparato porque aquel que tienes
delante, quizás necesite una sonrisa en directo, aquellas que ya casi ni se ven
o sencillamente necesite hablar, algo muy humano.