Cuando la mente imagina, la casualidad se convierte en el suceso creado.
LA NIEBLA. Siempre soñó con aquel momento. Hacía ya algunos meses que intuía que iba a llegar más bien pronto que tarde. ¿Cuándo? se preguntaba una y otra vez… Como siempre, lo esperado hace acto de presencia y le surgió en ese encuentro una sensación de cierta tranquilidad, de cierta calma… De un extraño sosiego. Comenzó entonces a soñar como nunca antes lo había hecho. Aquel espíritu se convirtió, casi instantáneamente, en algo para lo que se había preparado durante muchos años atrás. Le resultó, sin embargo, inquietante. Era como si hubiere recuperado su libertad aunque siempre se supo libre. Ese día anduvo aquella distancia, como todos los días, hacia aquel edificio tantas veces visitado. Aquel edificio que contenía lo que le era familiar. Era un edificio que forma parte de su vida, donde muchas vidas también forman parte de…Otras muchas vidas. Era, pensó, un edificio inteligente. Estaba provisto de muchos cables escondidos detrás de aquellos conectores de